En la vivienda A5, los muros de contención, resueltos con piedra seca mallorquina delimitan un sótano semienterrado que se presenta como un basamento masivo, en el que se incluyen los equipamientos necesarios desde el punto de vista funcional.

Esta planta sustenta las superiores con aspecto liviano, definidos con líneas blancas, en contraposición con la planta inferior, alberga las estancias vivideras siempre vinculadas al exterior y al entorno en el que se ubican.

En planta alta se desarrolla la zona de día, y en planta baja, los diferentes dormitorios, una zona de estancia exterior de doble altura y un patio que perfora el terreno hasta su conexión con el sótano.

Una bandeja intermedia asomada al mar provoca la tensión de su espacialidad, extendiendo el espacio interior hacia el exterior, hacia el mar… donde la doble altura juega un papel protagonista. Para ello, la vivienda, mediante carpinterías que se pliegan hasta desaparecer, diluyen el límite entre interior y exterior, consiguiendo espacios flexibles.